sábado, 14 de septiembre de 2013

La despedida

Fue una noche, cuando me perdi en sus labios, cuando de repente el tiempo se paró dejandome sentir lo que nunca sentí, ese cosquilleo en el estómago, esa sonrisa mágica...
Fueron más noches, noches de besos y abrazos, noches de peli y manta, noche de cena y vino, noches de ternura y pasion. Fueron pasando. Fue aumentando la sensacion de felicidad, fueron aumentando sentimientos que hacia tiempo que no sentía. Le conocí, conocí sus cualidades y sus defectos, me encantaron al igual que me encantó su mirada la primera vez que le vi.
Empecé a enamorarme, me enamoré por primera vez, empecé a quererle como nunca había querido.  Luego se fue. Se fue diciendo adios. No hubo un te quiero, sólo un beso y un abrazo. Mi último recuerdo de sus besos, de sus abrazos, de su sonrisa, de su mirada, de su pelo, de su cuerpo, de su voz, de su perfume, de él.
Un adios amargo, con un posible "hasta pronto", pero amargo aunque tal vez debería decir salado, con sabor a lágrimas, un adios oscuro y frio. Un adios más nocturno que diurno. Adios, sin mas.
Tras haber sentido la sal bañando mis pestañas, haciendo un doble recorrido por mis mejillas, nublandome la mirada duramte cuarenta y ocho horas, ni una palabra.
Tristeza que aumenta, sal que sigue derramandose, un te quiero y te seguiré queriendo.