jueves, 22 de enero de 2015

El problema no es tu presencia en mis sueños, sino tu ausencia en mi realidad.

Es fácil decir que en unas semanas te olvidarás de él, pero la realidad es bien distinta, pues no puedes borrar un año de tu vida así como si nada, no puedes borrar cada una de las palabras de ese mensaje de despedida. Y es que es difícil hacer como que nada ha pasado, pensar cada día si en el instante en el que escribió esas palabras le temblaba la voz o si no le costó  nada hacerlo. Esperar meses en un lugar por que en ti quedaba la esperanza de que volviera aunque sea para terminar cara a cara. Intentar rehacer tu vida y que te falten sus gestos, sus besos y su malhumor al despertar. No se si es amor, obsesión o una simple fantasía que en su momento fue real, pero me sigues faltando.