viernes, 12 de agosto de 2011

Esa niña.

Esa niña que soñaba con ser grande, con convertirse en esa gran bailarina que haría emocionar a todo el mundo, esa niña que aprendió demasiado rápido a ser mayor, esa niña que lloraba cada vez que cambiaba de colegio por miedo a perder a los suyos, esa niña que se sentía abandonada cada vez que mamá salía del coche y decía: ahora vuelvo encierrate dentro!
Esa niña que soñaba con ser la más guapa del cole, la que mejor vestía, la que más se cuidaba, esa niña que quería volar alto sin tener alas, aquella que soñaba con el primer beso, esa niña que poco a poco fue creciendo.
Esa niña se convirtió en una niña más grande aunque su cabeza ya pensaba como la de un adulto.
El primer beso fue bonito, tal y como ella lo imaginaba, mágico e inolvidable, ese primer amor al que todo le entregó y en un abrir y cerrar de ojos se esfumó y desapareció de su vida, esa niña grande aprendió a querer, amar, a llorar y sufrir, pero se dio cuenta de que la vida seguía. En su vida hubieron otros amores y desamores pero sus sueños siempre siguieron adelante.
Esa niña grande se convirtió en mujer ella sola, sin ayuda de nadie, rechazando consejos y aprendiendo de sus caídas, siguio su camino en el amor y en la amistad, aunque aveces se desvió para probar cosas diferentes, nuevas sensaciones, nunca se cansó de aprender y mucho menos de seguir adelante con sus sueños, ahora quiere ser actriz, quiere bailar en los teatros y quiere cantar, quiere llegar a lo más alto, sueña con Hollywood y no parará de luchar y soñar hasta que se haga realidad.
Esa niña que nunca se cansó de seguir su camino, de aprender, llorar, reir, sufrir y disfrutar.
Esa niña soy yo.

Sara de la cruz armanni.

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